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¿Son los países más libres menos corruptos?

En un artículo anterior de esta serie sobre la corrupción se desarrolló una idea central sobre la lucha contra la corrupción: es importante, pero no lo es todo. La lucha contra la corrupción es una batalla de largo plazo y que es clave para la formación de instituciones inclusivas, pero hay otras prioridades de corto plazo como la pobreza extrema o la desnutrición. Más que acabar con la corrupción, lo más importante es mejorar la calidad de vida.

En el presente artículo se abordará el tema de la corrupción desde una perspectiva diferente. El único enfoque que parece haber tomado las instituciones que luchan contra la corrupción ha sido el penalista. Perseguir penalmente a los corruptos es algo importante, pero no puede ser la única forma de luchar contra la corrupción. Dentro de esas otras aproximaciones a esta lucha surge la duda de la implicación de la libertad en la corrupción.

¿Afecta en algo la libertad económica a la corrupción? Para este análisis se utilizarán datos del banco mundial, del Índice de Libertad Económica del Heritage Foundation, y el Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional.

Libertad económica y corrupción

Entre economistas liberales hay un índice muy conocido para medir la libertad económica de los países del mundo. La fundación Heritage y el periódico estadounidense “The Wall Street Journal” cada año publican un informe donde clasifican en un ranking a los países del mundo, en base al grado de libertad económica que tienen en categorías como derechos de propiedad, efectividad judicial, carga fiscal, eficiencia regulatoria y apertura de mercado.

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Fuente: Heritage Foundation

A simple vista se aprecia que los países más ricos tienen un índice de libertad más alto (medido de 0 a 100, donde 100 es el más libre). Por años ésta sido una conclusión conocida y generalmente aceptada entre académicos. Una de las principales conclusiones del informe son las diferencias entre quintiles en términos de riqueza: Heritage Foundation encontró que el 20% más libre duplica el ingreso per cápita del segundo quintil y quintuplica el último quintil.[1] Otros investigadores encontraron relaciones entre la libertad económica y la felicidad[2], y que la libertad económica da paso a mayor libertad política[3].

La conclusión del informe tiene sentido, pues es común encontrar que los países más ricos son a la vez los más libres. Ahora, como se vio en un artículo anterior, los países más ricos tienden a ser los menos corruptos. ¿Habrá también una relación entre los países más económicamente libres y los menos corruptos?

Los más libres son los menos corruptos

La gráfica 1 muestra la relación lineal entre el índice de libertad económica y el índice de percepción de corrupción. Este último había sido introducido en un artículo anterior, y mide en una escala de 0 a 100 (donde 0 es muy corrupto) la percepción generalizada de la corrupción en un país. La regresión muestra un nivel explicativo moderado para una regresión de una sola variable. Aparentemente, a mayor libertad económica, menos corrupción.

Gráfica 1

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Fuente: Heritage Foundation y Transparencia Internacional. En ambas variables más es mejor.

Lo anterior implica también lo contario: a menor libertad económica, más corrupción. A mayores trabas al comercio, más campo existe para que surjan “oportunidades” para saltarse esas trabas a cambio de un pago. Por eso, a mayor discrecionalidad de los reguladores, más probabilidad de que ofrezcan mecanismos fuera de la ley para conseguir favores. De hecho, la relación lineal sugiere que por cada punto que mejore la libertad económica de un país, mejorará en 1.4 puntos en el índice de corrupción, aunque el poder de predicción de la regresión no es perfecto. La gráfica 2 presenta la misma información, pero en ranking de países para ambos índices. Esta regresión sugiere que por cada punto que mejora la libertad de un país, mejora su puesto de percepción de corrupción en 0.7 puestos. El coeficiente de determinación (R2) también da otro dato interesante, pues la libertad económica puede explicar, al menos estadísticamente, más de la mitad de la puntuación en corrupción de un país.

Gráfica 2

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Fuente: Heritage Foundation y Transparencia Internacional. En ambas variables un menor puntaje se considera mejor.

Algo que es importante mencionar de estas relaciones es su causalidad. No toda correlación es causal, pero en este caso hace sentido que, al haber menos regulaciones, existe menos campo para la arbitrariedad que conduce a la corrupción. No es que menor corrupción conduzca a mayor libertad económica, sino al contrario: mayor libertad económica parece conducir a menores tasas de percepción de corrupción.

Corrupción y facilidad de hacer negocios

Pero la libertad económica no lo es todo. No sirve de mucho tener un país sin regulaciones, si no existe una certeza legal que respalde a las empresas y un ambiente de cierta certidumbre que permita realizar proyectos cuyos resultados sean estimables. Por eso, la facilidad de hacer negocios es clave para el desarrollo.

El Banco Mundial publica anualmente un informe donde analiza la facilidad de hacer negocios en los diferentes países del mundo, clasificándolos en un ranking. Para la elaboración de “Doing Business Index” (DBI) analizan distintos subtemas como la facilidad de apertura de empresas, manejos de permisos de construcción, el trámite de registro de propiedades, la protección de inversionistas, la facilidad de comercio internacional o la capacidad de hacer cumplir contratos. Este índice es uno de los más conocidos y utilizados por empresas transnacionales para analizar oportunidades de expansión en nuevos países, y mejores notas aumentan la probabilidad de las economías de recibir inversiones de capital extranjero, que son tan necesarias en países con poca capitalización interna.

El “Doing Business Index” muestra una relación positiva con el índice de percepción de corrupción: un mejor puesto en el IPC (corrupción) va de la mano con un mejor puesto en el DBI (facilidad hacer negocios). Esta relación no sorprende a nadie, pues los países que mejor puntúan en Estado de derecho son los que menor corrupción presentan. Es más fácil y confiable hacer negocios en países con menor corrupción. La gráfica 3 muestra la relación lineal entre ambas variables, y se puede apreciar que el IPC tiene un poder explicativo moderado del DBI.

Gráfica 3

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Fuente: Banco Mundial y Transparencia Internacional. En ambas variables un menor puntaje se considera mejor.

Si a mayor libertad económica hay menor corrupción, y a menor corrupción es más fácil hacer negocios, la relación entre facilidad de hacer negocios y libertad económica es evidente. La gráfica 4 muestra esta relación, que tiene un poder explicativo bastante alto.

Gráfica 4

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Fuente: Banco Mundial y Heritage Foundation. En ambas variables más es mejor.

Libertad económica para luchar contra la corrupción

Hay más de una forma de luchar contra la corrupción. Un enfoque excesivamente penalista, donde el único objetivo sea aprehender a los involucrados en hechos delictivos, deja de lado mucha de las facetas de la corrupción. En otro artículo en Market Trends sugerimos que otra forma de luchar contra la corrupción es desfinanciando a los corruptos. En este artículo sugerimos que otra forma puede ser consiguiendo un mayor grado de libertad económica.

Si se reducen regulaciones arbitrarias y controles obsoletos, se reduce la capacidad de un funcionario público de solicitar sobornos para agilizar trámites. El tiempo tiene un costo, y todas las empresas conocen esto. En muchas ocasiones es más económicamente rentable pagar el soborno que cumplir con todos los trámites. Por eso “abaratar” la legalidad reduce los incentivos a pagar esos sobornos.

Cuando existen menos regulaciones, menos trabas al comercio y menos intervención del Estado en la economía, existen menos oportunidades para hacer negocios ilícitos, o ganar dinero de favores políticos. Cuando se cierran las opciones para que los corruptos lucren en el Estado, se desincentiva esa “industria”, y liberalizando más la economía no solo se reduce el campo de la corrupción, sino que también se consiguen más inversión extranjera.

Pero no hay que olvidar que la libertad económica no lo es todo. Otro punto importante, derivado del análisis del DBI (facilidad hacer negocios) es la formación de instituciones que den certeza a las inversiones. Un Estado de derecho sólido, una economía libre y unas instituciones con el mínimo campo de acción para la corrupción es una buena receta para mejorar el nivel de vida de la población de cualquier país.

[1] Mary Anastasia O’Grady (15 January 2008). «The Real Key to Development»Wall Street Journal. Retrieved 4 February 2008.

[2] «In Pursuit of Happiness Research: Is It Reliable? What Does It Imply for Policy?», Will Wilkinson, The Cato institute, Policy Analysis No. 590, 11 April 2007

[3] Adrian Karatnycky. Freedom in the World: The Annual Survey of Political Rights and Civil Liberties. Transaction Publishers. 2001. ISBN 978-0-7658-0101-2. p. 11

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Jorge Eduardo García

Jorge Eduardo García

Jorge Eduardo García es licenciado en Economía con especialización en Finanzas por la Universidad Francisco Marroquín. Ha participado en seminarios internacionales de la Foundation for Economic Education. Fue research intern del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES) y también ha colaborado en experimentos con el Centro de Economía Experimental Vernon Smith de la UFM. Así mismo fue intern del Financial Research Center de la UFM y trabaja en temas de risk management.

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3 Comentarios

  1. Lourdes Rodriguez el 11 noviembre, 2018 a las 5:56 pm

    Estoy de acuerdo con la información del artículo anterior que trata el tema sobre ¿Son los países más libres menos corruptos?. Pues los países con menos corrupción son aquellos que no solo tienen mayor libertad económica, sino también son los países de las potencias mundiales. Coincido con la información anteriormente dicha, pues a mayor producción, mayor oportunidades de trabajo, más libertad económica, menos Gobiernos intercediendo entre estas; lo que nos lleva a países más libres, con menor corrupción. Además, sino existe una mayor libertad económica, hay mayores inversiones, los países tendrían más capital por su un mayor número de empleos y producción, lo que mejoraría el nivel de vida de los países.

  2. Stephanía Salguero el 12 noviembre, 2018 a las 9:22 pm

    El artículo me pareció muy cautivador, ya que así como lo dice su título así es, los países según las gráficas más libres en su economía poseen menos corrupción, ya que hay más agilidad para hacer negocios, menos regulaciones, comercio más fácil de realizarse y menos intervención del Estado, también como mencionaba el autor hay menos posibilidad de hacer negocios ilícitos, y hay más inversiones y esto a largo plazo mejora el nivel de vida de los habitantes.

  3. Daniel M. Giménez el 17 febrero, 2022 a las 5:30 am

    El nivel de desconocimiento de este posteo es vergonzoso. El IPC no mide corrupción, mide «percepción de corrupción». Su nombre lo dice. Y mide la percepción de corrupción en el nicho de tomadores de decisiones. La percepción «medida» por el IPC representa, con suerte, a aproximadamente el 1% de cada país. El IPC carece de validez de constructo y carece de validez externa.

    Concluir cualquier cosa respecto a la corrupción a partir del IPC equivale a concluir que en ninguna parte del mundo las personas mueren de frío en invierno en base a una encuesta hecha en las casas del 1% más rico del mundo.

    En lo estadístico, el posteo no presenta ningún dato con validez determinable, por el simple hecho de que muestra el p-value de ninguno de los ajustes. Sin p-value no es posible dar por válido el modelo, porque no hay forma de determinar si la hipótesis alternativa (la variación de la variable dependiente no se explica por la variación de la variable independiente) es estadísticamente significativa.

    Felicidades por tan brillante failure!!!

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