¿Son rentables los regalos electorales?
La costumbre de celebrar campañas basadas en obsequios y rifas es bastante criticada por varios sectores de la sociedad civil, peor aún si se hace con poco entendimiento o investigación del porqué de este fenómeno. El comportamiento del votante es motivado también por factores económicos. Creemos que el ingreso medio del votante tiene un efecto sobre la efectividad del tipo de campaña que llevan a cabo los partidos políticos.
No es nuestro propósito relacionar el ingreso medio con preferencias de carácter ideológico, sino el ingreso medio con efectividad de determinada forma de llevar a cabo el proselitismo. Se separó el tipo de campaña en dos grandes grupos: aquellas que consideramos como distributivas, cuyo eje principal fueron las dádivas (bolsas de víveres, materiales de construcción, rifas, etc.) y aquellas que pueden clasificarse como no distributivas, cuyo eje principal no fue obsequiar bienes para ganar simpatizantes.
Como distributivas, se tomaron como muestra los votos obtenidos por el partido UNE y LÍDER, cuyos votos para presidente suman un total de 39.41% del total de los emitidos. Como no distributivas se tomaron como muestra los votos de los partidos FCN Nación, Fuerza y VIVA, cuyos votos para presidente suman un total de 36.19% de los votos totales.
Fuente: Elaboración propia, con datos del Instituto Nacional de Estadística y Tribunal Supremo Electoral.
Al comparar el porcentaje de votos obtenidos por cada grupo con el nivel medio de ingreso por departamento encontramos una clara tendencia. En la medida que el ingreso medio del votante aumenta, la efectividad de las campañas distributivas sobre las elecciones presidenciales disminuye de manera marcada. Mientras tanto, las campañas no distributivas tienen menos efectividad allí donde el ingreso medio es más bajo. Además, al superar el umbral de ingreso medio de 1,400.00 quetzales, parece que la relevancia de los obsequios que los políticos puedan repartir es menos relevante; los votantes pasarían a tomar en consideración otros aspectos de la oferta política para decidir su voto.
Creemos también que la efectividad de las campañas distributivas se diluye en la medida que se distancia la candidatura del elector. Es decir, las campañas distributivas son mucho más efectivas para la elección de autoridades municipales, menos efectivas para los cargos a diputados y la efectividad es aún menor para la elección del presidente. Esto explicaría la diferencia entre la composición del nuevo congreso electo y los resultados de la primera vuelta para la elección de presidente. Las campañas que clasificamos como distributivas tuvieron como resultado el 50% de los curules, mientras las campañas que clasificamos como no distributivas apenas obtuvieron un 15% de los asientos en el congreso.
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Ricardo Rivera
Ricardo estudió derecho en la Universidad Francisco Marroquín. Es profesor auxiliar del Centro Henry Hazlitt (UFM) en cursos de introducción a la economía y filosofía de Hayek. Además, es profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias Económicas (UFM), en cursos de creación de escenarios de futuro, ética, argumentación y debate.
También, es profesor auxiliar de la Escuela de posgrados de la Universidad de San Carlos (USAC) en maestría de propiedad intelectual y en el curso de análisis económico del derecho. Es socio y gerente general de ALISA, el cual es un estudio jurídico especializado en derecho corporativo
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