China: año nuevo, vida nueva.
Una devaluación de yuan frente al dólar, un tumultuoso inicio de año para la bolsa de valores y reacciones inesperadas a nuevas regulaciones de la autoridad central. Este “tropezar” de la segunda economía más grande del mundo no le ha sentado nada bien a Xi JIiping, quien ya había manifestado no estar satisfecho con la manera en que la Comisión Regulatoria de Finanzas China lidió con la crisis de mediados del 2015. El estrepitoso arranque de la bolsa en 2016 con el debut y despedida de su nuevo sistema de “circuit braker” finalmente, le ha costado su puesto a Xiao Gang quien diseñó y supervisó la implementación de este sistema y era, hasta la semana pasada, el director de la Comisión Regulatoria de Finanzas China.
Ahora bien, este cambio es importante porque es parte de una serie de movimientos estratégicos del gobierno para lavar la cara de la economía China. Esta última ha tenido un año bastante difícil y crucial en la, ya explícita, decisión de la autoridad central china: abandonar la dominancia del modelo de exportaciones baratas e inversión en infraestructura hacia una economía dirigida por el consumo y más expuesta a las fuerzas del mercado. El Banco Central chino, a través de su vocero, ha manifestado la intención de aumentar el consumo, pero con extrema precaución de no expandir demasiado el crédito. Parece ser que se trata de una reestructuración que tiene como objetivo cerrar gradualmente los flujos de crédito a la industria zombi para clausurar fábricas que agregan a la sobrecapacidad instalada, y destinar ese crédito hacia consumo y el sector de servicios.
Como solución al coagulo inmobiliario en las arterias de la economía China, el Banco Central ha dado marcha atrás a su expansión crediticia. Además, ha regresado la tasa de encaje bancario a niveles previos ante la inefectividad del sistema bancario de llevar el crédito barato al sector marginal de la economía. Sin embargo, el gobierno ha adoptado una nueva estrategia reduciendo impuestos para la compra de vivienda mientras que, como dijimos anteriormente, anuncia un recorte del flujo de crédito la industria zombi donde, sin lugar a duda, se encuentran empresas inmobiliarias desarrolladoras. Esto nos recuerda que, si bien la llamada burbuja inmobiliaria china resultó ser otro grito de “allí viene el lobo”, sí que es un asunto que está permanentemente en el horizonte de los reguladores.
La crisis de mediados de 2015, la devaluación de yuan y el fracaso del sistema de corto circuito en la bolsa en el 2016, pueden ser sólidamente explicados como resultado de ajustes a las fuerzas del mercado. El alto nivel de control e intervencionismo por parte del gobierno chino puede, y debe ser, fuertemente criticado, pero es innegable que ha sido este mismo control y dirección el que ha llevado a China a estar más expuesta al mercado abierto. El despertar de China es un proceso difícil que necesitará de fuerte liderazgo político. Sin duda alguna, nuevas reformas vendrán antes de que se asiente el polvo que levantan las anteriores.
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Ricardo Rivera
Ricardo estudió derecho en la Universidad Francisco Marroquín. Es profesor auxiliar del Centro Henry Hazlitt (UFM) en cursos de introducción a la economía y filosofía de Hayek. Además, es profesor auxiliar de la Facultad de Ciencias Económicas (UFM), en cursos de creación de escenarios de futuro, ética, argumentación y debate.
También, es profesor auxiliar de la Escuela de posgrados de la Universidad de San Carlos (USAC) en maestría de propiedad intelectual y en el curso de análisis económico del derecho. Es socio y gerente general de ALISA, el cual es un estudio jurídico especializado en derecho corporativo
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El autor de la nota no dice que medidas se tomarán. Yo arriesgo sobre el marco en el que se tendrá que mover el yuan. Reino Unido abandonará la comunidad Europea, devaluandose ambas monedas de reservas: libra y euro. Con lo cual se fortalecerán el dólar y el yen.