La actividad económica en México mostró una tasa de crecimiento menor que la del tercer trimestre de 2015. La tasa de crecimiento se ha mantenido a un ritmo muy similar desde el tercer trimestre de 2014. La proyección para 2016 es que México crecerá más o menos al mismo ritmo.
La economía mexicana se mantiene constante pero sin brillo. Se proyecta que, en 2016, México crecerá por debajo del 3%, como ha sido habitual en los últimos años. El sector industrial no consigue despegar y se mantiene rezagado. La demanda de sectores cíclicos muestra que la venta de vehículos nuevos aumentó, si bien el sector de la construcción, por el contrario, no muestra la misma tendencia.
La tasa de desempleo se mantiene por debajo del 5% y el empleo informal continúa su paulatina tendencia descendiente. El ritmo de crédito a las familias y a las empresas ha mejorado pero de forma muy tímida. Una parte del crecimiento del crédito se explica por la revaloración de la deuda denominada en moneda extranjera en un ambiente de depreciación del peso mexicano.
La inflación es levemente superior a la de 2015, pero se ubica por debajo del 3%, lo cual es comparativamente bajo para un país que ha tenido tasas inflacionarias relativamente mayores a lo largo de su historia. 2015 cerró con una tasa de inflación anual de 2.19%, la más baja en 46 años. El reto del Banxico es la depreciación, y en febrero intervino en el mercado de divisas para frenar la incesante depreciación cambiaria. A su vez, el Banxico subió en diciembre sus tipos a corto como respuesta a la decisión de la Reserva Federal, y en febrero incrementó en 50 puntos base la tasa, en parte, como reacción ante la depreciación cambiaria.
El incremento de la deuda pública es la nota más negativa. El 2015 cerró con el nivel de deuda en 54% con relación al PIB. La deuda ha crecido en 14 puntos porcentuales desde el 2013.