El empobrecido criterio económico de una imposición a las remesas

Con la insistencia del nuevo presidente norteamericano de construir el muro y su expectativa de hacer que los mexicanos asuman el costo, la creatividad en iniciativas para encontrar la forma de hacerlos pagar comienza a surgir. Tal es el caso del anuncio del congresista republicano Mike Rogers de tasar las remesas con un impuesto de dos por ciento. A pesar de que el congresista menciona que sería una iniciativa a las remesas con destino a México, ¿cuánto más podría tardar en aplicarse a las remesas dirigidas a cualquier país de Latinoamérica? Desde el 2015, de acuerdo al Banco Mundial, Guatemala se convirtió en el segundo país de América Latina y el Caribe con mayores ingresos de divisas por remesas, siendo superado únicamente por México. Por lo que, no sería raro que este impuesto llegara a aplicar a las remesas dirigidas hacia Guatemala también.

El afán del presidente Trump de regresar la grandeza a Estados Unidos, no le ha permitido ver las consecuencias opuestas que sus acciones provocarán. Con un impuesto a las remesas, el envío de las mismas se vuelve más complicado y con ello se disminuyen las oportunidades de comercio internacional. Es cierto, las remesas representan más del 10% del PIB de Guatemala, pero este no es un juego de suma cero. Así como ingresan divisas por remesas a la economía guatemalteca, también ingresan productos estadounidenses en igual o mayor proporción que las remesas. En la Gráfica 1, se evidencia que, exceptuando el 2016, las importaciones han sido mayores que las remesas. Es decir, se ha retornado más de lo que se ha obtenido de la economía estadounidense.

¿Por qué las remesas superaron las importaciones en el 2016?

Las elecciones estadounidenses se llevaron a cabo en el 2016 y, desde finales del 2015, el entonces candidato del partido republicano, comenzaba a hacer campaña promocionando su plan de hacer un muro para abolir las migraciones hacia su país. No pasó mucho tiempo para que la reacción ante la especulación del posible escenario se reflejara en los números. La Gráfica 2 muestra el abrupto crecimiento desde finales del 2015 en el ingreso de divisas por remesas en Guatemala. Posiblemente, la lógica era enviar lo que se pueda mientras se pueda, pues existía la posibilidad de que Trump ganara las elecciones e hiciera lo que prometía. Y así fue. Su mismo discurso provocó las acciones de los agentes dirigidos por las especulaciones, las remesas incrementaron mientras que las importaciones permanecieron constantes. Aquí yace la errada justificación para el impuesto a las remesas: el dinero generado en Estados Unidos se está fugando del país sin un retorno seguro, pero con este argumento se ignora el valor generado para que esos ingresos fueran posibles.

¿Cuál es ese valor?

Se ha vuelto aún más popular el argumento que los migrantes le roban los trabajos a los estadounidenses, pero la fuerza laboral continúa creciendo año con año como lo muestra la Gráfica 3. No existe una cantidad fija ofrecida de puestos de trabajo. La mano de obra es un factor de producción. Esto quiere decir que se requerirá más mientras más demanda de bienes haya. La oferta de trabajadores incrementa con la entrada de inmigrantes, pero estas personas no solo estarán ofreciendo servicios sin consumir nada. Así como ofrecen, también demandarán y tanto la oferta como la demanda laboral incrementarán en diferentes proporciones. Además, la competencia incentiva el mejoramiento en habilidades y destrezas, así como aumenta la eficiencia de cada trabajador para incrementar sus oportunidades de empleo y de mejora de salario.

Entonces, la entrada del migrante al mercado laboral en Estados Unidos incentiva a mejorar a quien quiere permanecer en el mercado. Eliminando por medio de la competencia al trabajador mediocre que no aporta a la mejora de la eficiencia en la producción, evitando así generar mayores ganancias.