El accidental crecimiento de Brasil llega a su fin
Brasil fue para muchos un ejemplo de éxito por sus supuestas acertadas políticas económicas y sociales. Se lo veía como uno de los países emergentes más prometedores del mundo y por su tamaño se especulaba un eventual liderazgo brasileño en la economía mundial.
Sin embargo, los últimos doce o quince meses han sido un derrumbe total de este gran castillo de naipes que resultó ser Brasil. Uno de los motivos del descalabro brasileño de hoy es justamente el mismo que lo llevó al “éxito” económico: los precios de las materias primas.
Sin duda hubo avances importantes en la década de los 90 bajo el mando de Henrique Cardoso. Se privatizaron muchas empresas públicas ineficientes y con ello se redujo el gasto público. Con esta y otras reformas estructurales Brasil inició un camino de relativa apertura económica y definió una política monetaria bastante más sana de la que tuvo durante los años anteriores.
Como consecuencia, los cambios, aunque necesarios, fueron insuficientes para generar un mercado realmente libre y funcional. Pese a las reformas Brasil creció principalmente en el sector petrolero, por el descubrimiento de nuevas reservas, y en la producción de otras materias primas como el aceite, el azúcar y otros minerales.
Mientras las materias primas se mantenían a precios relativamente mayores, la economía brasileña se mantenía en un ritmo de crecimiento aceptable. Solo 2010 es un año que muestra un crecimiento muy superior a la media. Pero a partir de 2012 el precio de las materias primas se ha mantenido en una franja inferior a los años previos a la crisis de 2008 y ahí se ralentiza el crecimiento brasileño.
Un duro revés fue la caída dramática del precio del petróleo que arrancó a mediados de 2014 y que sin duda termina de golpear a la economía brasileña. Las proyecciones de crecimiento para 2015 reflejan una recesión y un pobre crecimiento en 2016.
Fuente: Bloomberg
El mensaje fundamental es que Brasil nunca generó un crecimiento económico secular y sostenido que permitiera a este país capitalizar su estructura productiva. Más bien se explotaron los recursos en un momento de bonanza económica mundial y con ello las tasas de crecimiento se vieron beneficiadas.
Hoy, al duro revés que suponen los precios de las materias primas, debemos sumar la reducción de la demanda de materias primas por parte de China, a donde Brasil coloca el 17% de sus exportaciones.
Un artículo especial merecerá el manejo de la política monetaria y crediticia de Brasil. Recordemos que si bien en los 90 se privatizan varias empresas y bancos, aun el Estado brasileño se reservó algunos bancos públicos que han sido jugadores importantes en el mercado crediticio de ese país.
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Edgar Ortiz
Edgar Ortiz es licenciado en derecho por la Universidad Francisco Marroquín. Es máster en economía de la escuela austríaca por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Es director ejecutivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES). Es profesor de economía en la Universidad Francisco Marroquín, además es analista en temas de coyuntura en Canal Antigua. Ejerce como abogado asociado en Estudio Jurídico Rivera.
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