Se ha venido especulando, especialmente desde los últimos dos trimestres del año pasado, sobre que los Estados Unidos pudiera estar en una auténtica recuperación económica. Esta especulación pareciera haber concluido y haber sido ahora sustituida por otra, derivada de los débiles números de crecimiento económico, mostrado en el primer cuarto del 2015: 0.2% son los datos dados a conocer sobre el desempeño de la economía americana. La especulación que ahora se inicia es sobre si esto constituye un marcado efecto estacional debido al invierno, dado que en relación con el último trimestre del año anterior por la época navideña siempre es menor; o sobre si las huelgas en los puertos del oeste de Estados Unidos han podido tener este efecto.
Se ha venido especulando, especialmente desde los últimos dos trimestres del año pasado, sobre que los Estados Unidos pudiera estar en una auténtica recuperación económica. Esta especulación pareciera haber concluido y haber sido ahora sustituida por otra, derivada de los débiles números de crecimiento económico, mostrado en el primer cuarto del 2015: 0.2% son los datos dados a conocer sobre el desempeño de la economía americana. La especulación que ahora se inicia es sobre si esto constituye un marcado efecto estacional debido al invierno, dado que en relación con el último trimestre del año anterior por la época navideña siempre es menor; o sobre si las huelgas en los puertos del oeste de Estados Unidos han podido tener este efecto. Es importante ver el resto de los números de la economía americana, para formarse una idea de si solo se trata de una especulación o si ciertamente tiene algo que ver con la realidad.
Desde el 2009, el desempleo está marcado por una tendencia continua a reducirse, pero sin experimentar cambios agudos en los últimos trimestres. Durante el trimestre anterior la tasa fue de 5.8% y en este momento es de 5.5%. Hay que notar que esta reducción continua en la tasa de desempleo no se ha visto reflejada en un incremento en el consumo, y por lo tanto tampoco en el IPC ni en la dinamización del crédito al consumo. El crédito al consumo tuvo en Estados Unidos una re-iniciación en los últimos meses del año anterior, apuntalado, entre otros factores, por créditos para la compra de automóviles; pero luego, en el primer trimestre del 2015, muestra valores de crecimiento muy similares a los de los períodos anteriores. A pesar del buen desempeño de estos dos indicadores (reducción del desempleo y reinicio del crédito de automóviles), el IPC muestra un crecimiento débil de apenas 0.49%1 , comparado con el crecimiento de M1 y M2 de 2%. El indicador con ciertos elementos de esperanza es el índice de precios de producción, que muestra un crecimiento superior al IPC. El IPP creció en este trimestre 0.93%, pero más importante aún es que viene creciendo en los últimos dos años a 4.59% y 3.25%. Falta confirmar si existe una inversión creciente; no con valores 1 Probablemente impacte también en un IPC de esta magnitud la baja de los precios del petróleo dado que es de suma importancia en la economía de Estados Unidos. 3 de deuda bancaria, sino con capitalización en estadios de producción menos orientados al consumo y por lo tanto una capitalización neta de la economía. El otro posible sector receptor de los valores crecientes de M1 y M2 es el sector bursátil. Tanto el Dow Jones como el S&P 500 muestran valores históricos crecientes desde el 2009. Un elemento que deberá investigarse, entre los tópicos de actualidad del Observatorio, son las ganancias empresariales en este y los subsiguientes trimestres, para ir indagando sobre si será otra burbuja o si existen elementos reales de recuperación y crecimiento sostenibles en la economía americana.
El último índice que hay que analizar con valores positivos consecutivos desde 2011 y con valores similares a los previos a la crisis es el índice de precios de las casas. Este índice nos muestra un crecimiento continuo, pero sin el correspondiente aumento en el crédito para bienes raíces e hipotecas en el sector bancario. Este indicador, leyéndolo de forma integral, confirma la posibilidad de que la economía americana esté en un proceso de capitalización, entendido en sentido amplio: es decir, reducción de deuda y aumento de capital en sus actividades.